Textos 2020 · 13 marzo, 2021

Indiferentes a la Verdadera Realidad

Convivimos en un país donde confluyen dos realidades distintas, urbana y rural, las cuales parecen a la percepción de muchos independientes entre sí, ya que se cree que lo que sucede en una no tiene un efecto inmediato en la otra. De esta manera, Colombia termina convirtiéndose en dos países, en que las urbes conciben una ‘realidad’ etérea e ilusoria, ignorando lo que se vive en la gran mayoría del país. Pero es en la marginalidad de lo urbano, que se percibe y se experimenta la auténtica realidad de Colombia, a la cual preferimos darle la espalda que afrontarla. Asimismo, en las ciudades seguimos cegados por la relumbrancia de esta falsa realidad que la fundamentamos como verdad absoluta. Mientras esto tiene lugar, dentro del mismo país, es donde existe otra población de semejantes que anhelan y claman por lo que asumimos como algo normal en las urbes: paz, oportunidades, calidad de vida y esperanza.  A partir de este ensayo se busca analizar una parte de la realidad de Colombia desde la obra de arte Memorias de Agua de Maria Paula Durán (2015). En la cual, a través de retratar la población de Nueva Venecia con fotografías, esta autora muestra la deplorable realidad que experimentan los campesinos de nuestro país. Los cuales son los que han experimentado de primera mano la guerra y las secuelas de esta, apartándolos a la marginalidad, donde se han visto silenciados e ignorados por su país.

“Memorias de Agua” es una serie fotográfica realizada por María Paula Durán (2015). Esta obra se concibe para conmemorar la masacre que tuvo lugar el 22 de noviembre del 2000, en un corregimiento sobre el agua de la Ciénaga Grande de Santa Marta, denominado Nueva Venecia. Este lugar fue testigo de una masacre por parte del grupo subversivo Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) en el que asesinaron a 39 personas (Museo de Memoria de Colombia, 2015). Esto conllevó a que la población de Nueva Venecia tomara la decisión de abandonar no solo sus hogares sino su fuente de ingresos: la pesca. Al abandonar este corregimiento y al asentarse en tierra, enfrentaron un choque cultural y social, ya que estos campesinos habían encontrado en el agua un estilo de vida, el cual divergía a lo que tenían que acostumbrarse al vivir en tierra. Debido a esto y sin garantías de seguridad por parte del Estado colombiano, decidieron retornar a su hogar sobre la Ciénaga Grande de Santa Marta, con el fin de volver a retomar la vida que dejaron el día de la masacre (Museo de Memoria de Colombia, 2015). Según el Museo de Memoria de Colombia (2015), en 2011 el Estado decidió conmemorar la masacre, pedir perdón público y contar la verdad de lo sucedido a partir de una sentencia de Justicia y Paz.

Esta obra combina fotografías de tonos grises con fotografías de color de este corregimiento, buscando mostrar que a pesar de que el conflicto sucedió hace 20 años, aún estos campesinos conviven con los efectos de la guerra. Los cuales han suscitado que esta población siga sin tener acceso a servicios básicos como el agua potable o un sistema de alcantarillado. A pesar de esto y de lo que ocurrió en el 2000, esta población ha logrado permanecer en pie en medio del agua  ejecutando con pericia las habilidades que sus ancestros les enseñaron como estilo de vida: la pesca. La cual, hasta el día de hoy, sigue siendo su fuente de ingresos.  

A partir de esto, considero que no es normal y racional que en pleno siglo XXI haya aún poblaciones que no tengan acceso a agua potable. El cual es un servicio y un derecho fundamental en Colombia según la sentencia T-740-11 de la Corte Constitucional y en el mundo de acuerdo a la resolución 64/292 de julio de 2010, establecida por la ONU. Sin embargo, esto se aleja de la realidad que experimenta una gran mayoría de la población de este país. Según el Ministerio de vivienda, ciudad y territorio de Colombia, para el 2017 la cobertura de acueducto en suelo urbano era del 97.4%, pero en suelo rural fue de tan solo 73.2%. Asimismo, la cobertura de alcantarillado en zonas urbanas para ese año era del 92.4% y en zonas rurales del 70.1%. Estas cifras hablan por sí mismas de la marginalidad que sufren las zonas rurales en Colombia, que en cosas tan básicas como un sistema de acueducto y de alcantarillado se ven relegadas y desestimadas por parte del Estado. Además, considero que el único objetivo de estos números es llevar no solo a reflexionar a un país sino a tomar acciones. Esto con el fin de trabajar a diario para satisfacer una de las tantas necesidades que sufren estas poblaciones vulneradas. Por este motivo, resalto que el propósito de las obras de arte no debería quedarse en el papel, sino que deben ser solo el preludio de una reconstrucción total de esta sociedad que ha sufrido los síntomas de la guerra. De esta manera, se debe avanzar sin ignorar las pequeñas poblaciones que siguen rezagadas y están pidiendo ser escuchadas para ser parte de las decisiones de este país.

Por otro lado, me parece interesante que María Paula Durán a través de esta serie fotográfica busque resaltar la resiliencia como característica principal de este grupo de campesinos de Nueva Venecia (Museo de Memoria de Colombia, 2015). Debido a que a pesar de que son pocos los que conocen la cruda parte del conflicto que les tocó vivir a esta población. Este grupo de pescadores sigue construyendo su vida en medio del agua resistiendo todo tipo de adversidades, con la esperanza de poder tener un futuro mejor y ser miembros activos del país que los ha visto nacer.

En conclusión, la historia de estos pescadores de Nueva Venecia es tan solo una parte ínfima del compendio de relatos que han sido generados por el conflicto armado en Colombia. Es necesario que como sociedad podamos abrirnos a escuchar estos relatos de las víctimas de la guerra que ha asolado a Colombia. Esto con el fin de edificar un país en el que la reconciliación y el perdón sean las piedras angulares de esta reconstrucción. Por último, considero que no basta con tan solo quedarnos sosegados y lamentándonos viendo desde nuestra ‘burbuja urbana’ las situaciones que viven nuestros semejantes. Sino que debe ser un proceso que nos lleve a tomar acciones, para que lo que nosotros vivimos a diario estas poblaciones rurales lo puedan ver como su nuevo normal en un futuro no muy lejano.

Daniel Forero

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Referencias

Ministerio de Vivienda, Ciudad y Territorio (2018). Plan Director de Agua y Saneamiento Básico. Gobierno de Colombia, Bogotá.

Museo de Memoria de Colombia (2015). Memorias de Agua de Maria Paula Durán (2015). Recuperado de http://museodememoria.gov.co/arte-y-cultura/memorias-de-agua/

Organización de las Naciones Unidas (s.f). Paz, Dignidad e Igualdad en un Planeta Sano: Agua. Tomado de https://www.un.org/es/sections/issues-depth/water/index.html

Anexos:

 

Ilustración 1. Memorias del Agua por María Paula Durán (Tomado del Museo de Memoria de Colombia, 2015).

Ilustración 2. Memorias del Agua por María Paula Durán (Tomado del Museo de Memoria de Colombia, 2015).

Ilustración 3. Memorias del Agua por María Paula Durán (Tomado del Museo de Memoria de Colombia, 2015).

Ilustración 4. Memorias del Agua por María Paula Durán (Tomado del Museo de Memoria de Colombia, 2015).

Ilustración 5. Memorias del Agua por María Paula Durán (Tomado del Museo de Memoria de Colombia, 2015).