Domingo

No existe, no hay segundo donde me sienta sola. 

Escucho.
Permanezco.
Renuncio. 
En el entender de las letras donde se exponen mis pensamientos, no hay uno, donde no estés tú. 

Domingo, 
no importa el día, la pijama de rayas, entender que el pensamiento no se va, se escribe, se escucha, se percibe, mas no se habla ¿Por qué? no debió ser así. 

Saberse, 
Entenderse, 
Escribirse desde lo mas profundo, allí donde habita la esencia mas oscura, que de vez en cuando, emite rayos de luz. 

Eres mis letras, solo eso, 
no hay día donde no te escriba, 
y entienda, 
que es la única forma de sentirte conmigo con el saco crema. 

Escribir por hacerlo, ¿Escribir? ¿Pensar? Sentirme uno con la letra, aquel testigo silente que escucha atentamente todas mis confidencias, todos mis secretos, allí donde habito, y en ocasiones, donde me escondo. 

Mariana Torres Aristizábal