Aquí todo era lo mismo,
si se levantaba primero mi mamá eran dos huevos revueltos con tomate y cebolla en el desayuno,
si me levantaba primero yo, eran dos huevos revueltos simples.
Calentaba el aguapanela sin pensar en otra opción.
Servía en el mismo pocillo de siempre y evitaba quemarme la lengua.
Aquí todo era lo mismo.
Era ir por el sendero sin mucha prisa y con cuidado de no ir a dañar con tierra los
zapatos,
era llevar siempre chaqueta por si hacia frio.
Pero contigo, contigo es querer quemarme la lengua
es hundirme en el barro,
Es beber con las manos
Es dañar mis zapatos
Es salir sin chaqueta.