No soy una mujer fuerte.
Me muerdo las uñas y me arranco los cueros sin pensarlo.
El ardor me causa alivio.
Ver la sangre me hace lagrimear.
No soy una mujer fuerte.
Bajo la ducha aquella vez, no podía dejar de verme los morados en las piernas.
Me dolían los huesos.
No soy una mujer fuerte.
Me paro firme y entono palabras convencidas y directas.
Miro a los ojos de frente y reto con la mirada, mientras mis piernas no dejan de temblar amenazando en desplomarse.
No soy una mujer fuerte.
El gas debilita los pulmones y el sueño se siente ligero e imperceptible.
No soy una mujer fuerte,
Calló mucho.
No soy una mujer fuerte,
Grito demasiado.
No soy una mujer fuerte
No soy una mujer fuerte.
Solo aprendí a respirar.