Evito convivir con el otro,
me produce miedo,
me enloquece.
Evito que me miren,
me escondo en rincones pequeños,
llenos de polvo
y de olvido.
Evito el sonido de mi voz.
Evito el exterior.
No conviene el sol,
ni el ruido,
ni el otro.
Conviene el oscuro cobijo del interior.
El libro solo puede ser leído en
el retiro.