En esta página se consignan textos de la escuela de espectadores de la clase Arte y Exposiciones. Intentámos, procuramos y queremos escribir sobre las exposiciones de arte que ocurren en Bogotá, desde otro lugar, más anímico, más viscoso, más vital. Aquí ponemos textos que investigan, que insisten, que plantean ideas especiales sobre exposiciones. Son textos que saltan y brincan entre formas de escribir. Nos interesa jugar con las posibilidades narrativas de las exposiciones, con lo que plantean, dilucidar historias, inventar cuentos, imaginar a los autores y escribir poemas, fábulas, canciones, aforismos, voces. Tal vez nos han enseñado que la escritura sobre arte no se hace en primera persona, ni se toma permisos literarios, ni inventa juegos para encadenar ideas. Estos textos intentan retar esta noción y se toman licencias teniendo en cuenta que quién mira lo hace desde un lugar específico y que quien mira es transformado por aquello que mira. Desde ese lugar se produce un contacto con el objeto mirado. La forma de develar ese contacto no siempre es sensata y nos gusta escribir con algo de insensatez.
No ponemos imágenes. O, a veces sí, pero no solo siempre.
Los artistas hacen lo que hacen para que alguien lo vea. Es decir que el arte, si lo pensamos como lo que hacen los artistas, está destinado a un público. A partir de una revisión histórica de las exposiciones y sus manifestaciones iniciales, este curso plantea un diálogo entre los estudiantes –como espectadores- y la figura de la exposición, entendida como un discurso. Mediante la observación crítica, reflexiva, el pensamiento analítico regido por una actitud curiosa, e impulsado por la experiencia emocional e intelectual de crear puentes de comprensión del formato expositivo desde su contexto, el curso brinda a los estudiantes herramientas para enfrentarse a las exposiciones de arte contemporáneo. Lo anterior implica también, entender el formato expositivo como un discurso político –es decir situado en un argumento- y al público como un agente que puede emitir una respuesta a dicho discurso. Contar con herramientas para entender el –aún hoy a veces ilógico, a veces incomprensible- mundo del arte contemporáneo, propicia también a la articulación analítica, de cómo nosotros, desde nuestra subjetividad, vemos no solo el arte, sino desde una perspectiva más amplia, el mundo que habitamos.