Por: Juan Andrés Devia

En esta exposición, Tracey Emin selecciona obras maestras de Edvard Munch para mostrarlas junto con sus pinturas más recientes. ¿Qué tiene Tracey Emin que hacer o decir sobre Munch?O ¿acaso se trata de una comparación al poner sus obras juntas? Confuso. Me envuelvo en un silencio privado y prejuicioso. Yo pensaba: ¿Cómo se atreve a comparar y poner sus garabatos junto a las deliciosas y secas y opresivas manchas de desesperación de Edvard Munch?¿Quién cree que está teniendo la temeridad de colgar sus lúgubres gotas junto a sus lágrimas torturadas? Sin embargo, sin embargo… pronto me siento cautivado por la expresividad de Emin, algo muy descriptivo, muy fiel a sí misma. Se conoce. Me identifico con su profundo ensimismamiento. Es extraño porque supongo que todos alguna vez nos hemos sentido así, y de todas formas pensamos que nadie puede entender, que nadie se puede relacionar. El trabajo es muy gestual, y tal vez más conceptual que figurativo, a diferencia de Munch. Las lágrimas: chorros de pintura. Angustia, fragilidad: una línea suave, pérdida, apenas sugerente.Contrasta mucho con Munch. Me gusta el color de la pared en la que están exhibidos los cuadros, combina muy bien con el color claro de la madera en el marco de las obras. Me gustaría pintar mi habitación de ese color; es un verde turquesa oscuro. Creo que las obras de estos dos autores también contrastan por el tamaño, es un poco incómodo cambiar la mirada de los cuadros pequeños de Munch a las instalaciones y lienzos de gran tamaño que propone Emin, sin embargo, no se siente del todo desconectado, parece tener cierto ritmo, sobre todo por la manera en que es presentada la exhibición en el formato de video. Ahora creo que esta exposición más bien se trata de la fusión de dos puntos de vista acerca de una experiencia emocional similar. Mientras que las mujeres que retrata Munch son modelos que posan para él, cuerpos vistos desde fuera, Emin habla desde su experiencia personal de habitar un cuerpo femenino. Mientras él desplaza su dolor proyectándose sobre los demás, ella revisa sus sentimientos a través de la inmediatez del acto de pintar. Tal vez, también por eso es tan difícil pasar de mirar su trabajo a interactuar con el de ella, y viceversa. A fin de cuentas me parece una experiencia rica en términos conceptuales y sobretodo en cuanto a los sentimientos de empatía que me provoca. No entiendo muchas cosas, y el orden es un tanto extraño, pero las obras conversan conmigo. Aún sigo preguntándome acerca de los manchones que parecen sangre alrededor de la vagina de la mujer que retrata Emin, no estoy seguro si sea alusivo a una cuestión relacionada a la menstruación, tal vez al parto, ¿o ambos? ¿de qué manera? – No sé.

Para ver la exposición virtual: https://www.royalacademy.org.uk/exhibition/tracey-emin-edvard-munch