Un texto sobre Fragmentos Móviles, exposición en Plural Nodo Cultural. curaduría: Paula Leuro y Andrea Infante. Artistas: Daniel Blanco, David Rodriguez Yepes, Estefanía Guarquín y Sofia Lozano.
Por: Juliana Bejarano
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En el silencio atemporal del espacio, comienza la explicación de 4 obras a destiempo. A lo único que presto atención es las voces femeninas que me están tratando de explicar su proceso. Cartas. Azar. Juego. Libertad. ¿qué?
Nunca había escuchado que una exposición se hiciera así.
Redirijo mi mirada y lo que veo son kilos de arena mezclada con aserrín. Quiero tocarla, quiero arrodillarme a sentirla, pero la pena me gana y el miedo de ser irrespetuosa con la artista.
Una estructura de madera que tene una bandera roja en la cima se encuentra en la mitad de la arena, en la que cada escalón se encuentra afectado por un objeto de color amarillo que solo al ser manipulado por un espectador que tuvo el coraje de subir, suena y se contrae.
Suena como suspiros.
Como la respiración que produce el ser humano en una actividad física. La arena va cogiendo diferentes expresiones con cada suspiro que estos dan.
Isla. De forma silenciosa. Mírese los pies…
Mírese los pies o se cae (pensé en decirle al que se subió)
Volteó.
Me dirijo a un espacio más oscuro y misterioso. Veo estructuras, metalizadas. Parecen hechas de desechos, fríos, crueles. Escucho, escucho algo caer. goteras. ¿de donde vienen?
Veo una estructura parecida a algo que conozco que reposa en algo que parece ser un caparazón. Un hielo. ¿Por qué un hielo?
Se derrite y el agua corre pacientemente por estas estructuras. Dualidad. No sé si van a caerle a las ranas que están ubicadas abajo o si van a seguir otro rumbo y se va a salir de la obra.
Drama.
No les caen. No reciben agua. No reciben lo necesario en su ecosistema para vivir.
Dirijo mi mirada de nuevo al caparazón y luego encuentro un detalle que me penetra la mente mientras el arsta habla. Las patas. Otro material. Un material de nuestra propia naturaleza, no metálico. Eucalipto.
No sabía si reír de haberme dado cuenta o llorar porque sen la sensación de crueldad, de cuando te dicen algo que no quieres escuchar. Lo sen, al ver como la representación de un animal está siendo sostenido por una de las especies más invasoras de nuestros ecosistemas. Y a la vez, como este animal de cemento está ubicado arriba, omnipotente.
Falsas. Falsedad. Humanos.
No le pongo mucha atención a las demás obras, vuelvo y miro esta. Veo como la luz no es igual. Cambia. Veo como cada vez, hay un ritmo de agua diferente. En la esquina de la hoja que sosene las ranas, veo como el agua está en las orillas. A punto de caer.
Me siento intrusa desde la observación. Justamente siento que al ver todo esto, no estoy haciendo nada. Estoy mirando, pero no actuando. ¿Tal vez ese es el mensaje? ¿somos falsos desde el acto de agente-observador? ¿Hay un punto de fin en este ecosistema? O mejor, ¿hay un punto de fin para nosotros y nuestros ecosistemas?