Fig. 1 (Des)dibujo Planta Nomeolvides (2020).Interpretación ilustración por Valeria Rozo. (Arkhangelskaia (2018))
Millones de colombianxs viviendo en territorios rurales han sufrido daños irreparables como consecuencia de violaciones sistemáticas a sus derechos humanos en el marco del conflicto armado interno del país. Ciro Galindo es uno de estos colombianos, quien después de 20 años de amistad con Miguel Salazar (renombrado director y productor de cine), pasó de ser una víctima anónima más, a ser reconocido desde la individualidad por contar su historia en el documental estrenado en 2018: Ciro y yo. Al haber tenido una acogida significativa por la sociedad, la importancia de esta obra radica en la humanización de una de las víctimas, quien, desde su testimonio, expone su experiencia de vida dolorosa al público (la sociedad civil colombiana y extranjera). Ciro representa la vida marginal en territorios rurales donde el más vulnerable es víctima de quien ostente el poder. Este documental se transforma en un espejo en el que muchxs colombianos pueden ver reflejado el flagelo del día a día.
El documental relata la historia del conflicto armado desde los ojos civiles que lo viven y no desde los actores armados. Por el contexto político, histórico y social en el que se desenvuelve, permite ver cómo aparentemente se nace predestinado a sufrir. Ciro, quien a tierna edad es regalado por su madre y sometido a maltratos físicos, sexuales y psicológicos, vive una constante ruleta que siempre lo devuelve a su núcleo familiar de origen de donde nuevamente es desprendido a la fuerza para vivir un nuevo vejamen. Pero la vida de Ciro seguirá un rumbo trágico durante su adolescencia y vida adulta, marcados por el desplazamiento forzoso, el reclutamiento de fuerzas armadas en conflicto, la privación de su libertad, el asesinato de sus familiares y una constante estigmatización de ser colaborador o pertenecer a uno u otro bando.
La historia de Ciro, al ser contada en una producción cinematográfica, permite conocer la problemática descarnada del protagonista y su familia, la cual, a pesar del tiempo, seguirá latente en la memoria no solo de los espectadores, sino también de las víctimas, victimarios y demás conocedores. Permite la analogía con la planta popularmente conocida Nomeolvides, que representa a su vez el dolor y el sufrimiento que no se olvida, pero se acepta con resignación como una advertencia inequívoca de lo que jamás debió pasar y no puede volver a suceder.
“No me olvides”, poema de Don Arturo Jauretche.[1]
No me olvides, no me olvides
no me olvides,
es la flor del que se fue.
No me olvides, no me olvides.
No me olvides,
volveremos otra vez.
Es el novio de la patria
de la patria que le espera.
Volverán los nomeolvides,
volverán en primavera.
¡No me olvides, no me olvides,
no me olvides!
Canta el pueblo de Perón.
No me olvides sobre el pecho,
no me olvides pegadito al corazón.
Volverán los nomeolvides
cada año a florecer.
Con la flor de nomeolvides
no olvidando esperaré.
No me olvides, no me olvides.
No me olvides.
Es la flor del que se fue.
Nomeolvides, nomeolvides,
Nomeolvides
¡¡Volveremos otra vez!!
Dar a conocer la historia de Ciro, si bien no le produce indemnización alguna, podría no ser reparador ya que ninguno de los actores armados que influyó y afectó su vida, hizo parte activa del proceso de creación del documental. La reparación no debería venir únicamente de la motivación personal de Salazar y de la sociedad civil, pues la deuda y responsabilidad es tanto del estado como de los actores armados. Es un caso en que la reparación a la víctima esta mediada por el alcance, la reputación y popularidad de la plataforma que le ofrece el artista. No obstante, saber que su historia ha sido contada a miles de personas desconocidas a través de un documental, representa la mejor manera para que Ciro cuente su verdad, sin represión alguna por parte de sus victimarios, es así una reparación alternativa. Le permitió hacer catarsis de su dolor y frustración crónica, ser ejemplo de resiliencia y coraje para volver a empezar una y otra vez con un propósito definido como es hoy en día la Fundación Ciro y Todos, cuyo fin es ofrecer ayuda y apoyo a las víctimas del conflicto y población vulnerable. Desde esta óptica, el sufrimiento de Ciro encuentra un propósito útil a la sociedad que por tanto tiempo lo invisibilizó e ignoró.
No me cabe duda que el encuentro accidental entre Miguel Salazar y Ciro, 20 años atrás, y el lazo fraternal que de allí derivó, no fue coincidencia, ya que de no ser por Salazar y su renombre en la industria cinematográfica, la historia de Ciro al igual que la de muchxs otrxs colombianxs hubiera quedado en el olvido, y hoy, Ciro Galindo sería una más de aquellas víctimas mudas, cuyos sufrimientos y penurias se extinguen al finalizar su vida, como una Nomeolvides marchita que nunca sirvió de inspiración para algún poeta enamorado.
Valeria Rozo
[1] El “No me olvides” surgió como Poema de la Resistencia Peronista tras el derrocamiento del General Perón, El 30 de Noviembre de 1955 en Argentina. Durante la resistencia peronista los censurados peronistas, para identificarse, usaban en la solapa del saco un ramo de flores Nomeolvides. Este símbolo de lealtad nacional inspiró a Arturo Jauretche a escribir este poema.
Referencias Bibliográficas
Arkhangelskaia, Ekaterina (2018) Herbario, Fondo, Flor nomeolvides. (en línea) Recuperado el 20 de Septiembre del 2020, de https://es.dreamstime.com/catarchangel_info
IDARTES (2018) Poster Ciro y yo: función y conversatorio. (en línea) Recuperado el 19 de Septiembre del 2020, de https://idartes.gov.co/es/agenda/conversatorio/ciro-y-yo-funcion-y-conversatorio
Red Nacional y Popular de Noticias (2015). NO ME OLVIDES, VOLVEREMOS OTRA VEZ. (en línea) Recuperado el 20 de Septiembre del 2020, de https://nacionalypopular.com/2018/11/30/no-me-olvides-volveremos-otra-vez/
VirtualPro (2017). Ciro Galindo: Perfiles que han marcado un hito. (en línea) Recuperado el 20 de Septiembre del 2020, de https://www.virtualpro.co/historia/ciro-galindo
Fig. 2 (Des)dibujo Ciro y Yo (2020). Intervención Poster original por Valeria Rozo. (IDARTES (2018))
