Textos 2021 · 6 julio, 2021

Del Atrato se escucha una voz de resistencia

Colombia puede ser reconocida por tres cosas: su biodiversidad, su riqueza cultural y la guerra. Mucha de nuestra historia cultural y artística no puede ser reconocida sin tener en cuenta más de 50 años de conflicto armado, que han transformado nuestra forma de pensar, actuar y reconocer al otro, tanto humano como natural. Pese a que no todos los territorios y generaciones han vivido de forma directa la guerra interna de nuestro país, todos llevamos a cuestas la violencia. Sin embargo, la respuesta ante esa violencia ha sido variada. Algunas comunidades se han visto amenazadas y han tenido que escapar de sus territorios, otras han sido neutrales ante el conflicto y algunas han sido parte de la resistencia. Estas últimas, han demostrado que una comunidad, pueblo o corregimiento completo tiene la resiliencia y la fortaleza espiritual de perdonar, seguir adelante y garantizar el bienestar de sus familias.

 Este es el caso de las Cantadoras de Pogue. El grupo de mujeres y hombres pertenecientes al corregimiento de Pogue en el municipio de Bojayá, Chocó, han demostrado que la música, el sentido de comunidad y la apropiación del territorio les ha permitido conllevar los fuertes acontecimientos que han ocurrido en su comunidad, relacionados a la violencia (Riaño-Alcalá, P., & Chaparro Pacheco, R. ,2020). Es por medio de estos testimonios culturales, como se puede comprobar que los colombianos tenemos la capacidad de seguir adelante en un país que parece estar estancado por el rencor, el miedo y la ignorancia.

El mes de septiembre de 2017 la Universidad Icesi de Cali, junto con el apoyo de la Fundación Ford, lanzó el proyecto cultural Voces de Resistencia, el cual recoge fotos, música y material audiovisual sobre las Cantadoras de Pogue (Centro Nacional de Memoria Histórica, 2017). Este grupo de 37 alabaoras y 3 alabaores, son reconocidos por sus alabanzas y composiciones musicales, que hacen alusión a la violencia, al acuerdo de paz y el rezo a sus muertos. Sin embargo, el origen de este grupo va mucho más atrás. Dentro de la cultura afrochocoana, los alabaos son cantos mortuorios que se realizan para acompañar y despedir a sus muertos (Cali Creativa,2019., Quiceno, N., 2017). Estos cantos hacen alusión a la virgen, Dios, Jesús y los santos que se rezan en la comunidad. Además, son parte del acompañamiento de las eucaristías en la Semana Santa. Para estos grupos étnicos, la muerte nunca ha sido vista como algo triste y desgarrador, sino como un proceso de cambio, liberación y reflexión sobre la vida (CEAF, 2017). Por esto, los alabaos no son compuestos y cantados de la forma en la que se cantarían en la Capilla Sixtina.

 Los alabaos de las mujeres son romances en donde una mujer canta un verso y un coro responde a este (Riaño-Alcalá, P., & Chaparro Pacheco, R., 2020). La voz de las mujeres es fuerte, entonada y con intención, y se espera que el coro responda de la misma forma. Para realizar un alabao, es necesario una respuesta, es decir la interacción activa entre los cantores, lo que genera un sentido de compromiso y responsabilidad en donde se debe ser escuchado y también escuchar (Riaño-Alcalá, P., & Chaparro Pacheco, R., 2020). Además, por cientos de años, estos alabaos han sido pasados entre generaciones por medio de la cultura oral, lo que le da aún más importancia y valor cultural. Esta práctica oral hace parte crucial de las vidas de la comunidad de Bojayá, por lo que, cuando esta comunidad se vio amenazada por los grupos armados y el 2 de mayo de 2002, una pipeta cayó en la iglesia de Bellavista, los alabaos de las cantadoras de Bojayá tomaron un papel aún más importante del que ya se tenía.

            El 2 de mayo se conmemora la masacre de Bojayá, la fecha en la que ocurrió un enfrentamiento entre el frente 58 de las FARC y paramilitares de la AUC (Centro Nacional de Memoria Histórica, 2017). En la mitad del campo de batalla, se encontraba la iglesia del pueblo en donde se estaban refugiando varios locales. De pronto, un bando paramilitar tiró una pipeta que cayó a la iglesia, matando 79 personas, de las cuales la gran mayoría eran menores de edad. Luego de la explosión, los sobrevivientes se vieron en la obligación de huir de sus tierras, sin poder enterrar a sus muertos y darles un descanso eterno (Quiceno, N., 2017). Este acontecimiento fue un choque inmensamente fuerte para la comunidad, no solo porque los despojaron de su territorio sino porque también su cultura mortuoria y el respeto a sus muertos se vieron interrumpidos, lo que generó un sentimiento de culpa y responsabilidad en los atrateños.

Ante estos acontecimientos, varias mujeres de la comunidad de Bojayá encontraron una oportunidad, en donde su canto tenía el poder de no solo reconocer a sus muertos y velar por ellos, sino también servir como un llamado a la resistencia, la resiliencia y la identidad. Sus raíces africanas y su fuerte espiritualidad, las llevaron a levantar un pueblo de la desgracia y hacer respetar sus derechos como comunidad, además de hacer un llamado a los derechos y al reconocimiento de las mujeres como parte esencial de la preservación de la cultura (Quiceno Toro, N., et al, 2019). Alabaoras como Oneida Orejuela Barco, Ereiza Palomeque, Luz Marina Cañola, Eugenia Celestina Palacio y Máxima Asprilla, han sido parte esencial de la conformación y la composición de los nuevos cantos de las Cantadoras de Pogue. Canciones como La de Manuel Santos, La del padre Jorge Luis, La patrona de Bojayá, Vamos llegando a la fosa y Decimoquinto aniversario son cinco de las 12 canciones que hacen parte del volumen discográfico realizado en 2018, las cuales están dirigidas específicamente a hablar sobre el conflicto armado en su territorio, mientras que las otras siete hacen parte del repertorio ancestral y religioso que componen los alabaos tradicionales (Hernández, M., 2014–2018).

Este proyecto cultural les ha permitido a las Cantadoras de Pogue tener un reconocimiento nacional e internacional, el cual ha sido de suma importancia tanto política como culturalmente. Las mismas mujeres alabaoras tenían como propósito principal al crear este grupo, poder cantar no solo a su comunidad, sino a todo Colombia (Quiceno Toro, N., et al, 2019). Sus cantos le permitieron a la comunidad de Bojayá, enterrar a sus muertos de forma respetuosa y honorable, regresar a sus tierras y crear una comunidad fuerte y resistente. Adicionalmente, por medio de los alabaos lograron denunciar los abusos realizados por los paramilitares, resaltar el abandono del gobierno y crear un discurso sobre la importancia de las mujeres. Pese a que este grupo de cantadoras se realizó mucho antes de los acuerdos de paz entre el Gobierno de Juan Manuel Santos y las FARC, la firma del acuerdo les dio aún más reconocimiento y han servido como modelo de valor comunitario, voz de las víctimas y exigencia de la no repetición.

Las Cantadoras de Pogue no se pueden considerar solamente como un litigio estético de la guerra y un proyecto realizado como parte de los acuerdos de paz, sino como un cuerpo vivo de mujeres y hombres que han tenido el poder de ser la voz de todas las víctimas de Colombia y han representado valores de compasión, perdón, riqueza espiritual, cultura, resistencia y sentido de comunidad. El pueblo de Bojayá utilizó como herramienta principal una tradición cultural que acompaña y protege a sus muertos de divagar en el mundo de los mortales (Quiceno, N.,2017) y la convirtió en un discurso de poder en contra del abuso, olvido y dolor. Ellos han sido y serán siempre un modelo a seguir, que demuestran que, por medio de la cultura, el arte y el amor por el territorio se puede preservar la vida y la unión de un pueblo.

Carolina Huérfano Torres


Referencias

Cali Creativa. (2019, 20 noviembre). Voces de Resistencia, un canto contra el olvido. https://calicreativa.com/voces-de-resistencia-un-canto-olvido/

Centro de Estudios Afrodiaspóricos – CEAF, Universidad Icesi. (2017, 2 septiembre). Voces de Resistencia Cap.1 / Cantadoras de Pogue [Vídeo]. YouTube. https://www.youtube.com/watch?v=2pKUJYzaWcQ&t=650s

Centro Nacional de Memoria Histórica. (2017, 9 noviembre). Las Musas de Pogue [Vídeo]. YouTube. https://www.youtube.com/watch?v=nMCitOIdVWo&t=1s

Hernández, M. (2014–2018). Voces de Resistencia, Vol. 1: Las Cantadoras de Pogue [Dicografía]. Voces de Resistencia, Vol. 1: Las Cantadoras de Pogue, Colombia. https://www.youtube.com/watch?v=N4JVd-iTOAo&list=PL3H4AaZq3KitVukBbuYwL-ZE7QHcLK5Tg&index=10

Quiceno, N. (2017, 15 julio). La política del canto y el poder de las alabaoras de Pogue (Bojayá, Chocó) | Estudios Políticos. Estudios políticos. https://revistas.udea.edu.co/index.php/estudiospoliticos/article/view/325097

Quiceno Toro, N., Villamizar Gelves, A. M., García Becerra, A., Henao Buitrago, A. M., Gónzalez Arango, I., Salamandra Arriaga, C., … & Arango, G. (2019). Cantadoras: cuidar el buen morir y vivir en Bojayá.

Riaño-Alcalá, P., & Chaparro Pacheco, R. (2020). Cantando el sufrimiento del río. Memoria, poética y acción política de las cantadoras del Medio Atrato chocoano. Revista Colombiana de Antropología, 56(2), 79–110. https://doi.org/10.22380/2539472x.793