Expresiones del conflicto colombiano en Cuando lo negro sea bello de Adolfo Pacheco y Las tetas de mi madre de Crack Family
Adolfo Pacheco y el grupo de rap Crack Family parecen artistas radicalmente opuestos. La cumbia de Pacheco nos habla sobre el campo y, en particular, sobre los Montes de María; Crack Family utiliza el rap para hablar sobre las realidades de los barrios marginales, en particular de Bogotá (siendo ambos géneros derivados de las músicas africanas en el continente americano). Sin embargo, a pesar de sus diferencias, podemos encontrar similitudes en la forma en como los aspectos acústicos de las piezas hablan de la violencia en los contextos rural y urbano. A la vez, vemos similitudes en el tratamiento de temas como la imposibilidad de la justicia y la violencia sexual. Así, cuando observamos con detalle, podemos afirmar que la cumbia Cuando lo negro sea bello de Adolfo Pacheco y el rap Las tetas de mi madre de Crack Family expresan una impotencia por la incapacidad de ejercer justicia en espacios sociales marginales en el marco de la violencia en Colombia.
En primer lugar, podemos observar las cualidades acústicas formales que aportan a la significación de estas obras. En Cuando lo negro sea bello, podemos oír la tambora, la marca y la gaita tradicional de la cumbia colombiana. Estas cualidades acústicas son lo que, en principio, nos ayudan a ubicar la obra de Pacheco en un contexto rural. Más específicamente, nos ubica en la tradición de la música afro de la costa Caribe colombiana, y en una de las zonas más brutalizadas por la violencia: los Montes de María. La forma específica mediante la cual nos situamos en este contexto rural es mediante el sonido de la gaita y la tambora que abren la canción, que traen elementos expresivos que en sí mismos nos hablan de la violencia. Así lo comenta María del Rosario Acosta López, recopiladora de los textos escogidos en la compilación Resistencias al olvido: memoria y arte en Colombia, acerca de la opinión del propio autor: “Dice Pacheco que la música de gaita, que es indígena, es más triste que la cumbia (…). Esa tristeza está ligada a la tierra y a su historia, a los Montes de María”[1]. Así pues, la gaita aparece como una expresión emocional propia asociada al campo y a la violencia vivida en el espacio rural desde el cual se enuncia la obra.
Paralelamente, los componentes acústicos del rap Las tetas de mi madre expresan algo en sí mismos. Cuando escuchamos la canción, podemos oír una base acústica que incorpora piano, bajo y batería, con inclusiones ocasionales de otros instrumentos, repetidos en un loop constante. La batería le da la forma al beat, que es el componente rítmico central. El piano, por su parte, parece que busca apelar a una sensibilidad auditiva, que en alguna medida podemos interpretar como un intento de causar una regresión a la infancia, lo cual es un tema central en la obra.. Esta base acústica permite que el centro creativo de cada pieza sea la expresión oral y, a la vez, con el uso de esta base nos está ubicando dentro de un contexto propiamente urbano. Así pues, como parte de la tradición urbana del rap, esta canción utiliza la repetición de la base rítmica para componer una letra que exprese la violencia dentro de un contexto urbano.
Después de hablar de los elementos sensibles y técnicos de las bases acústicas de cada canción, podemos considerar la letra en su tratamiento de los temas asociados con tipos de violencia comunes a espacios rurales y urbanos; en particular, a la búsqueda de justicia ante la violencia y ante la violencia sexual.
Así pues, el primer tema al que nos introduce la letra de Pacheco es a la necesidad de justicia después de un acto de violencia, que en el caso de ambas letras será una violencia sexual. Pacheco dice: “José, coge tu machete que el tiguelillo del pueblo / se burló de María” [2] con lo que la voz poética pide a José que vaya a ejercer justicia por una violación. De manera paralela, la voz poética en Las tetas de mi madre pide que el cuerpo de su madre sea respetado: “que las tetas de mi madre sean de madre / y no de los pagazos de esta gonorrea de mundo picho”[3]. Vale aclarar que en la película Las tetas de mi madre en la que se inscribe la canción, la madre del protagonista se ve obligada a desnudarse seductoramente en una cabina mientras es observada por hombres anónimos; este tipo de mirada de consumo unidireccional provocada por la necesidad económica y la desigualdad social la podemos leer como un gesto de violencia sexual asociada, como en la canción de Pacheco, al cuerpo femenino.
En ambos casos también hay una expresión del trauma pasado. Por un lado, en Cuando lo negro sea bello se habla de la violación como un hecho traumático. De la misma forma, el tema central en Las tetas de mi madre es el recuento de las experiencias de violencia vividas en la infancia. Es bajo esta óptica que Acosta López analiza la obra de Pacheco: “esos ‘regresos brutales’ de la experiencia traumática […] se escuchan en la cumbia de Pacheco como un ciclo de violencia y venganza”[4] lo que a la vez nos puede servir como una clave de interpretación sobre la canción de Crack Family. Esa experiencia traumática se muestra en la letra de Pacheco cuando la voz poética dice: “Yo soy un tigre dormido que todas las noches sueña / con el mundo que dejé / y quitaré vengativo cuando lo negro sea bello”[5]; a la voz poética lo persigue el tiempo pasado, y anuncia que el ciclo de violencia cerrará sólo cuando haya una reivindicación social y cultural de la identidad negra en Colombia (aludida como ‘lo negro’ en el título de la canción). Lo mismo ocurre en la canción de Crack Family, cuando la voz poética dice: “(He crecido) sin amor que me acompañara / (He sentido) momentos destruyen mi alma / (es mi destino) no volver al punto donde estaba”[6] (v.v 28-31). Es sobre la regresión brutal de lo vivido en la infancia que incluye violencia traumática, que la voz toma una distancia temporal desde la cual narra (o poetiza) los hechos. Ambos entonces entienden su pasado como violento y sólo pueden referirse a él como un trauma.
Ambas piezas concluyen con una reflexión sobre el destino violento que ahora los persigue. Después de la violación de María, la voz poética de Cuando lo negro sea bello no puede dejar de unir intrínsecamente la violencia sufrida por ella con la violencia sufrida por él mismo y con su sentido de identidad negra, con la repetición de un verso simple, pero terrible: “Es tu destino, María / como tu piel y la mía”[7]. El hecho de que este verso sea el estribillo de la canción nos incorpora la noción de que lo que le ocurrió a María se trata de un ciclo de violencia del cual no pueden escapar las negritudes debido a su marginalidad histórica, económica, política y social. De manera parecida, un par de versos en Las tetas de mi madre nos vaticina este destino violento y universaliza este tipo de violencia: “Y si me ven no se rían, podría pasarle a usted / un instante en la vida puede echar todo a perder”[8]. Estos dos versos nos anuncia que cualquiera puede caer en esta violencia, y el hecho de que estos dos versos se repitan nos introduce a la misma noción de violencia cíclica a la que nos introduce el estribillo de Pacheco.
Así pues, podemos ver estas dos piezas como producidas en espacios que viven la violencia de manera diametralmente distinta (el campo y la ciudad), y que, aún así, expresan angustias similares. El espacio simbólico que comparten es el espacio de la marginalidad que existe en ambas tradiciones musicales y en ambos casos se deriva de tradiciones africanas esclavizadas y marginadas. Así pues, estas dos piezas hablan de la violencia que ocurre en dos espacios que estamos acostumbrados a pensar como diametralmente distintos. Sin embargo, por medio de ambas expresiones podemos ver cómo a través del espacio rural y del espacio urbano, y a través del tiempo (pues veinticinco años separan ambas piezas) se trazan líneas comunes en las experiencias de la violencia.
Santiago Vesga Plazas
[1] Acosta López María del Rosario 2016. Resistencias Al Olvido: Memoria Y Arte En Colombia. “introducción” Bogotá: Universidad de los Andes, Facultad de Artes y Humanidades, Departamento de Arte. Pg. 11
[2] Pacheco, 1979, 5 (v.v 1-2),
[3] Cejas Negraz, Manny, 2005, 3 (v.v 8-9)
[4] Acosta López María del Rosario 2016. Resistencias Al Olvido: Memoria Y Arte En Colombia. “introducción” Bogotá: Universidad de los Andes, Facultad de Artes y Humanidades, Departamento de Arte. Pg. 11
[5] Pacheco, 1979, 5 (v.v 15-17)
[6] Cejas Negraz, Manny, 2005, 3
[7]Pacheco, 1979, 5(v.25-26)
[8]Cejas Negraz, Manny, 2005, 3 (v.v 35-37)