El gobierno colombiano, en los últimos años, ha realizado arduos esfuerzos para lograr que las víctimas del conflicto armado en nuestro país puedan contar sus historias y sean reparadas de forma integral para evitar la ocurrencia de sucesos como este en un futuro. No obstante, muchos de los esfuerzos que se han realizado para la recolección de las historias de las víctimas[1], se limitan únicamente a mostrar cifras del conflicto sobre los efectos materiales que ha tenido la violencia. Por otro lado, en lo que respecta a la reparación a las víctimas, en ocasiones se entiende que esta solo se logra a través de indemnizaciones y perdones pedidos por los victimarios. Esto genera que se ignoren los efectos psicológicos que la guerra ha generado en las víctimas y sus familias. Como consecuencia de lo anterior, se han realizado grandes esfuerzos para lograr a través del arte que las personas tengan un proceso de duelo por la pérdida de sus seres queridos y puedan seguir adelante con sus vidas. Es por esta razón que el presente ensayo buscará evidenciar, a través del análisis de la obra Relicarios de Erika Diettes, la manera en la que el arte funciona como una terapia psicológica, por medio de la cual las víctimas contando su historia pueden realizar su duelo por la pérdida de sus familiares.
A modo de contextualización, es importante considerar el momento histórico en el que fue realizada esta obra, ya que afecta de manera directa su creación. En 2012 el presidente Juan Manuel Santos anunció el comienzo de los diálogos de paz con las FARC. Uno de los puntos sobre los que existía más debate era la manera cómo se debía reparar a las víctimas asegurándose que su reparación fuera integral. Por esta razón, desde distintos sectores del país se iniciaron a proponer soluciones, a través de las cuales, se consiguiera resarcir de manera integral a las víctimas, para así lograr que en aras del ánimo conciliatorio que existía entre el gobierno y las FARC, las víctimas del conflicto armado pudiesen relatar sus historias y a través de esto se lograsen desahogar y perdonar a sus victimarios para poder vivir en paz. Como consecuencia de lo anterior, artistas como Erika Diettes[2], encaminaron sus esfuerzos hacia la creación de memoria histórica y ayuda psicologica a las víctimas del conflicto. Este último punto se pudo alcanzar colocando en el centro de sus obras el duelo que sienten las víctimas de la guerra. La artista se inspira en estas temáticas, ya que, para ella, el dolor es un aspecto en donde todos somos iguales, porque a partir del duelo las personas entienden y se solidarizan con el dolor en otras familias.
Esto demuestra que Diettes no busca mostrar los hechos violentos, sino el duelo y algunos episodios de la vida de las personas que desde otros contextos se considerarían menos relevantes[3], porque busca relacionar de manera intrínseca la memoria y el dolor. Uno de los métodos que la artista emplea para demostrar esto, es a través de utilizar objetos que pertenecieron a las víctimas del conflicto[4] , como se evidencia en la imagen 1
Imagen 1
No obstante, a través de Relicarios, sus obras adquirieron un fin distinto, ya que estas ahora buscan realizar un ejercicio de duelo con las víctimas para que estas logren perdonar y seguir adelante con sus vidas, en virtud de los acuerdos de paz que se estaban llevando a cabo[5]. La obra Relicarios, fue realizada entre 2011-2015 y es denominada de esta forma porque un relicario es un vestigio sagrado que los dolientes veneran como objetos de culto, por la importancia simbólica que estos tienen. La realización de esta obra constó de dos etapas. En la primera, Diettes recorrió todo el territorio nacional para recolectar objetos de personas desaparecidas o asesinadas como consecuencia del conflicto armado en Colombia. Lo importante de este proceso es que las familias de las víctimas eran las que decidían que objeto, que representaba a sus familiares, dar. El proceso de recolección de todos estos elementos fue sumamente largo, ya que en la entrega de cada objeto lo que se buscaba era tener un proceso de socialización con las personas que los entregaba, para que estos contaran sus historias, y acompañados de un psicólogo esto sirviera como terapia para las familias ya que, a través de la entrega de estos, Diettes buscaba que las personas dejaran ir a sus familiares y seres amados para que pasaran a una mejor vida. El efecto que esto tuvo[6] fue que las personas se lograron desahogar a través de la entrega de estos elementos, y el hecho de que tuvieran la oportunidad de conocer a otras personas que estuvieron en su misma situación, ayudó para que estos supieran que sus desgracias no se trataban de algo aislado, sino que era en virtud de un conflicto armado, y al darse cuenta de esto empezaran a sanar sus heridas apoyados en los otros. Lo que se realizó después de recolectar los objetos, en la segunda etapa, fue que estos, que podían ser fotos, cepillos, anillos o piezas muy intimas, se introdujeron en 165 cubos de Tri polimero de caucho (30x30x12 cm), como es evidente en la Imagen 2.
Imagen 2
Seguido de esto, cuando ya fueron expuestos los relicarios, los cubos se ubicaron en el piso, remembrando un cementerio donde cada relicario representaba una tumba. El lugar en el que se localizaron estos era oscuro, y la única luz que había era aquella que enfocaba cada uno de los relicarios. Esto puede evocar la manera en la que el alma de estas personas sale de cada uno de estos objetos, lo que reviste al espacio de una solemnidad y calma especial, que nos lleva a pensar que los relicarios se reúnen en un camposanto[7], como es evidente en la imagen 3.
Imagen 3
Otro aspecto interesante que tiene la obra es que esta invita a que el espectador participe en ella agachándose o poniéndose de rodillas para poder observar de una manera más detallada lo que contiene el relicario, como es evidente en la imagen 3. Adicional a esto, no hay nombres a lo largo de la instalación, por lo que el espectador encuentra su lugar en la obra por simple atracción o por sentirse relacionado con un objeto determinado. Por ende, lo que puede significar esto es que, Diettes busca dignificar la muerte de todas estas víctimas, sean guerrilleros, civiles o militares, dado que todos somos iguales al momento de nuestra muerte y merecemos que nuestro fallecimiento sea respetado y honrado.
Imagen 3
A modo de conclusión, la importancia que tienen obras como Relicarios, es que al final por muy diferentes que seamos, en la muerte todos somos iguales, ya que este es un espacio en el que se mezclan de una manera trascendente decenas de testigos y testimonios. Se considera que Diettes con Relicarios buscó evidenciar que el sufrimiento de las victimas del conflicto sobrepasa toda cuestión política, económica o ideológica. Sin embargo, considero que lo más importante de la obra, fue el hecho de que adicional a un trabajo de investigación arduo, existió un apoyo psicosocial a las familias de las víctimas[8], a través del cual lograban rendir homenaje a estos entregando su relicario para así asegurar que su muerte no fuera en vano, sino que iba a ayudar a la creación de una memoria histórica que ayudaría a evitar que la violencia en Colombia siga sucediendo.
Nicolás Sanabria Caicedo
[1] Como lo son ¡Basta Ya! Colombia: memorias de guerra y dignidad
[2] Desde una temprana edad se vio interesada por los temas que versaban sobre el conflicto armado y la consecuencia que tenia en las familias u padre era policía, vivió durante la época del narcotráfico en Colombia y aunque a su padre nunca le sucedió nada, si asesinaron a su tío en 1996 en la ciudad de Medellín. Este en aquel momento era el director del INPEC para el occidente del país
[3] Como la última vez que se vio a la persona, o el último contacto que tuvo con esta
[4] A partir de la obra Rio Abajo (2008) esta empieza con la modalidad de recolectar objetos, en este caso prendas de vestir de victimas de conflicto, para realizar una obra de arte con esto.
[5] Para Diettes, los acuerdos de paz trajeron como consecuencia que haya existido un cambio cultural que llevó a que se requirieran de ejercicios como relicarios para hacer honra a la memoria de las víctimas del conflicto en Colombia.
[6] Según Erika Diettes, Centro Nacional de Memoria Histórica. (2018, agosto 14). Entrevista a Erika Diettes.
[7] En una entrevista Diettes estableció que cuando se abrió por primera vez la obra en el Museo de Antioquia, se tenían que limpiar a diario los relicarios, ya que muchas personas les dejaban ofrendas y cruces a los relicarios de las personas.
[8] La artista y sus colaboradores se dieron la tarea de llevar a los 330 familiares de las victimas al Museo de Antioquia. Se trabajó con 10 expertos con los familiares para que estos superan como iba a ser su primer contacto con la obra
Referencias:
Banco de la República. (2017, junio16). Inicia el proceso de paz entre el gobierno de Juan Manuel Santos y las FARC. Retomado el 26 de noviembre de 2019, de https://proyectos.banrepcultural.org/proyecto-paz/hechos-de-paz/inicia-el-proceso-de-paz-entre-el-gobierno-de-juan-manuel-santos-y-las-farc.
Centro Nacional de Memoria Histórica. (2018, agosto 14). Entrevista a Erika Diettes.
Cruz Hoyos, S. (2016, junio 26). Erika Diettes y el arte de encontrar belleza en el dolor. El País. Recuperado de https://www.elpais.com.co/entretenimiento/cultura/erika-diettes-y-el-arte-de-encontrar-belleza-en-el-dolor.html
Diéguez, I. (n.d.). Relicarios, Erika Diettes. Retomado el 26 de noviembre de 2019, de https://www.museodeantioquia.co/exposicion/relicarios/.
Puentes Ramos, J. (2018, agosto 27). “En el dolor es donde somos iguales”, una charla con la artista Erika Diettes. Semana Rural. Retomado de https://semanarural.com/web/articulo/entrevista-a-erika-diettes-sobre-su-obra-relicarios/615
Universidad Jorge Tadeo Lozano. (2018, August 15). Universidad Jorge Tadeo Lozano.