David Esteban Alonso Castañeda 

El preludio de la exposición se erige como una introspección al paralelismo entre las culturas indígenas, observadas desde la perspectiva externa y desde la mirada intrínseca de la propia comunidad, revelando la opresión y desvalorización que estas comunidades han enfrentado. 

Este relato, tejido con las hebras del eurocentrismo, la colonialidad y la modernidad, establece la base crítica para la fascinante exposición que se despliega como un mágico rincón para explorar la intrincada trama de la producción cultural indígena en la historia del arte colombiano. La exhibición invita a los visitantes a participar en un diálogo armonioso con los pensamientos de pueblos indígenas de tiempos pasados y actuales, mientras las telas de una “curaduría viva” se entrelazan con las comunidades indígenas. El diseño expositivo, coreografiado por el Centro de capacitación en diseño de hábitats sostenibles, despierta una ética ambiental que se fusiona con la esencia de las piezas, guiando a los exploradores a sumergirse en una selva de experiencias únicas. La Colección de arte, con joyas recientes como “Color Amazonía” de Susana Mejía Villa y “Nay Srap (Tejiéndome)” de Julieth Morales, se despliega como un tapiz que redefine las representaciones indígenas, desafiando la mirada primitivista. 

La curaduría invita a desentrañar seis indicios que provocan reflexiones sobre la inclusión de prácticas indígenas en la narración del arte en Colombia, desde la diversidad de identidades hasta la construcción de la mirada sobre el “otro”. “Sembrar la duda” nos convoca a romper con la linealidad temporal, a danzar en las anacronías, entendiendo otras formas de contar la historia y percibir el mundo. Este rincón encantado representa una nueva poesía para reconocer la historia del arte.