Textos 2020 · 13 marzo, 2021

Murales: memoria aterrizada

Foto 1. Mural en Tacueyó que representa el ritual Shakelú. Comunidad del pueblo NASA.

En los intentos por construir memoria que se han venido dando en Colombia, se ha visto de todo: desde sillas colgando, fotografías expuestas, pisos hechos de fusiles y monumentos que aparecen repentinamente en cierto afán de materializar reparaciones, perdones y promesas. En este trajín artístico muchas veces hay una preocupación mayor por el resultado de la obra – que es lo que se podrá mostrar-, y no tanto por el proceso de creación, de las conversaciones y cuestionamientos suscitados durante el mismo.

Es por esto que los murales hechos por distintas comunidades han sido muy interesantes a la hora de contar la historia del conflicto y lo que ha venido después de la firma de los acuerdos de paz. Estos murales son proyectos colectivos en los que las mismas comunidades con ayuda de artistas han buscado plasmar lo que para ellos tiene un significado en la comunidad. Son entonces proyectos hechos desde adentro, y no impuestos verticalmente, y eso es lo que los hace un aporte fundamental a la construcción de memoria. El valor de estas manifestaciones artísticas radica no tanto en la belleza que se puede apreciar, sino en su proceso de creación y en los significados de su resultado.

Foto 2. Mural realizado en Bolívar en el marco del proyecto Sembrandopaz

Por medio de estos coloridos muros, comunidades como los indígenas NASA, habitantes de los Montes de María, o quienes viven en la comuna 13, en Medellín, han buscado una forma de mantener viva la memoria de la manera en que ellos y ellas vivieron el conflicto, y lo han hecho a su manera, escapando de toda generalización que pueda hacerse. Así, han reflejado en sus fachadas lo que para ellos tiene un significado más allá de la decoración.  En los Montes de María, por ejemplo, se han hecho varios murales en los que la comunidad decide qué pintar y la idea se ayuda a aterrizar. En el marco del Proyecto Sembrandopaz, las comunidades han pintado por ejemplo sobre el desplazamiento, los asesinatos, pero también sobre  lo que quieren para su futuro (véase foto 2.1. ). Sobre esto América Vaquerano -quien ha hecho parte de este proyecto – comenta que los murales no son lo que ella piensa o espera, sino lo que la comunidad quiere (Bungard y Flórez, 2019).

Foto 2. 1. Mural realizado en Mampuján en el marco del proyecto Sembrandopaz

Así, estas formas de construir memoria van mucho más allá de un proyecto estético, principalmente por dos razones: La primera razón es que  durante el proceso de creación de los mismos, se abren espacios que posibilitan recuperar el tejido social desgarrado por el conflicto. Cuando hay proyectos colectivos existe un espacio para una socialización y acompañamiento en el duelo y en la reconciliación. Un ejemplo de esto es el Telón de Bojayá, cuya creación se convirtió en una oportunidad para hablar del dolor y recordar a las personas asesinadas (Museo de Memoria de Colombia).  

La segunda razón por la que estos proyectos trascienden la esfera meramente estética, es que en su resultado no hay imposiciones externas a la comunidad. Cuando hay intentos por reparar a las víctimas por parte de terceros suele ocurrir algo problemático, y es que se homogeniza la categoría de víctima. Se tienen a todas las personas que han vivido el conflicto como si fuesen una misma persona, con las mismas vivencias y como si existiera una especie de personalidad colectiva que a la larga, termina por invisibilizar las vivencias particulares. En cambio, cuando la comunidad es quien decide qué representar y cómo hacerlo se mitiga el riesgo de imponer una narrativa y de silenciar las voces que no siempre dirán lo mismo sobre el conflicto armado.

Foto 3. Esquina de la Alcaldía de Toribío, Cauca.

En el arte que ha venido surgiendo a raíz del post conflicto es imposible esperar que los discursos que se dan al interior de los mismos grupos sean coherentes entre sí: no hay un solo modo de ser víctima, y en cambio hay muchas formas de ignorar a quienes deben ser escuchados. Cuando mural terminado es una muestra de las particularidades de quienes lo realizan, se respeta la incoherencia que puede ocurrir cuando diferentes actores intentan narrar el conflicto. Estas incoherencias son producto de las identidades subjetivas, las posiciones sociales y muchos otros factores que hacen imposible homogeneizar las categorías de víctima o victimario. Así, en una construcción endógena de representaciones artísticas, como Clifford (2001) propone, se generan trabajos polifónicos que en lugar de imponer un solo significado, respetan la heteroglosia intrínseca a las vivencias humanas.

Sobre el resultado de estos proyectos es de resaltar también que están donde deben estar: en la comunidad, en las regiones. Muchas de las obras hechas sobre el conflicto se exponen en museos, universidades y auditorios en las ciudades. Por ello muy pocos logran llegar a las comunidades en las que el conflicto y la violencia plasmada en las obras fue – y aún es- el pan de cada día. Estos murales entonces no son una exposición artística más, pasajera, exclusiva y citadina.

Estos murales no caen en ser ininteligibles para el promedio del pueblo colombiano, como ha ocurrido con algunas obras del conflicto por ejemplo, de Doris Salcedo (Gallo, 2019).  Por el contrario, es arte que viene desde abajo, con acompañamiento, sí, pero sin invasiones ni imposiciones. Es una manifestación que puede chocar con otros discursos ¿acaso qué vivencia humana no lo hace?, pero que puede también visibilizar particularidades importantes a la hora de una verdadera construcción de memoria.  Pues lo mínimo en este proceso es que se le permita a las víctimas contar su historia respetando la singularidad con la que el conflicto las afectó.  

Gabriela Vélez Acelas

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Referencias

Bojayá: por ríos y selvas (s.f.). Museo de Memoria de Colombia. Recuperado de: http://museodememoria.gov.co/arte-y-cultura/bojaya-por-rios-y-por-selvas/

Bungard, K y Flórez, L. (2019). “No se trata de pintar un mural, sino de hermanarse.” Arte para la paz en Los Montes de María. Entrevista con América Vaquerano.  https://diariodepaz.com/2019/09/23/murales-para-la-paz-montes-de-maria/

Clifford, J. (2001) Sobre la autoridadetnográfica. En: Clifford, J, Dilemas de la cultura. antropología, literatura en la perspectiva contemporánea. (pp 39-77). Barcelona: Gedisa

Gallo, I.  (11 de junio de 2019). Doris Salcedo nos quedó mal a todos. Las 2 Orillas.

Museo de Memoria de Colombia http://museodememoria.gov.co/arte-y-cultura/bojaya-por-rios-y-por-selvas/

Minga Muralista del Pueblo NASA (s.f.).  Centro de Memoria Histórica. Recuperado de: https://centrodememoriahistorica.gov.co/micrositios/minga-muralista/toribio.html

Minga Muralista del Pueblo NASA (s.f.).  Centro de Memoria Histórica. Recuperado de: https://centrodememoriahistorica.gov.co/micrositios/minga-muralista/tacueyo.html