Textos 2020 · 13 marzo, 2021

Nuestro circulo vicioso

Colombia es un país en el cual la violencia es el pan de cada día, incluso desde su fundación, no ha existido una sola generación de colombianos quienes hayan vivido realmente un periodo de paz. Encima, siempre se aprecia un común denominador, el Estado afirmando que sucesos como esos no volverán a ocurrir, que harán todo lo posible para que las próximas generaciones no tengan que sufrir los efectos de la violencia. Sin embargo, la realidad es todo lo contrario, aún en pleno siglo veintiuno se siguen viviendo barbaries en muchos lugares del país, a pesar de que existe un tratado de paz reconocido internacionalmente, en Colombia no paran las masacres, los asesinatos y aún es común que la mayoría de los colombianos vivan con el miedo de perder la vida por causa de la violencia. De esto resulta necesario decir que, Colombia vive en un círculo vicioso de violencia del cual no ha podido salir. Debido a esto, durante los últimos años, el arte relacionado con la violencia en Colombia ha tomado mucho poder, a tal punto de existir una gran variedad de exposiciones y eventos que giran alrededor de esta temática, un ejemplo que ilustra la afirmación planteada con anterioridad es la obra de Ana María Montenegro, titulada “otra victoria así y estamos perdidos”. Este texto busca describir la obra de Montenegro, plantear qué quiere dar a entender la artista, contestar la pregunta de por qué esta obra es importante e ilustrar por qué es un buen ejemplo de la idea del círculo vicioso de la violencia en Colombia.

Para empezar, la obra “otra victoria así y estamos perdidos” de Ana María Montenegro es una puesta conformada por una serie de cinco actos que se desarrollan en vivo en el Espacio Odeón. Para contextualizar un poco, el Espacio Odeón es un proyecto artístico contemporáneo en el cual se viven experiencias artísticas multidisciplinares, está ubicado en el centro histórico de Bogotá en un edificio que solía ser un teatro (Espacio Odeón, 2020). Dicho lo anterior, la obra de Montenegro comienza en el tercer piso del edificio, en el cual se exponen fragmentos de la película que narró el asesinato del coronel Rafael Uribe Uribe. La obra continúa en el segundo piso, donde se presentan dos interpretaciones por parte de la artista y una de sus asistentes. La primera, es una entrevista a los dos presuntos asesinos del coronel y la segunda es una proyección del testimonio de uno de los asesinos, afirmando que todo fue planeado únicamente por ellos dos. A continuación, Montenegro conecta el suceso del coronel con la muerte de otros personajes históricos en el país, exponiendo la hora de la muerte de cada uno de ellos. Finalmente, la artista a través del sistema de sonido del edificio da un discurso en el cual se promete que no volverán a pasar sucesos como estos, imitando a los gobernantes del país, mientras que su asistente toma otro micrófono y empieza a dar cifras de los asesinatos de líderes sociales desde la firma del acuerdo de paz, la obra finaliza en el último piso del edificio, donde se puede ver un mural hecho con documentos que le piden al Estado proteger a los líderes sociales.

En esta obra, Montenegro parte del asesinato del coronel Rafael Uribe Uribe y a medida que la puesta avanza, lo conecta con los eventos repetitivos de violencia en los cuales asesinan a todo aquel que representa a la oposición de los poderes establecidos. Siendo más específico, la artista hace una conexión con los asesinatos de líderes sociales y las incontables violaciones al tratado de paz durante los últimos años. En consecuencia, la obra quiere dar a entender al espectador que Colombia desde hace mucho tiempo, vive en un círculo vicioso, en el cual luego de que se presentan actos de atroces de violencia, quienes tienen el poder hacen la falsa promesa de que no se repetirán sucesos de violencia en el país, pero la realidad es todo lo contrario. Así pues, la artista para defender su postura da ejemplos y cifras de, asesinatos de líderes sociales luego del tratado de paz y atentados contra la vida de personajes de la oposición, los cuales ejemplifican a la perfección lo que quiere dar a entender al público, Colombia vive en un círculo vicioso de violencia. Al mismo tiempo, Montenegro añade la idea de que los medios de comunicación se enfocan en lo que no deberían, puesto que les dan más importancia a los autores materiales de las barbaries y no a los intelectuales, por lo que estos últimos siguen atentando contra la vida de las personas sin que nada ni nadie los detenga.

Por otra parte, obras como esta son importantes debido a que mejoran la memoria histórica y desarrollan el pensamiento crítico de los espectadores. Lo anterior, es muy importante en una sociedad golpeada por la violencia como lo es Colombia, ya que, una comunidad que no tenga memoria tiene mayores probabilidades de volver a cometer los errores del pasado. Gracias a esta obra, el espectador reflexiona sobre la situación actual del país y empieza a desarrollar un pensamiento más crítico, con el cual no se sentirá satisfecho con la información que le brindan los medios de comunicación y buscará más fuentes para saber más sobre la situación del país. Esto es importante, puesto que las personas quienes desarrollan un buen pensamiento crítico toman mejores decisiones y, el hecho de que haya una mayor cantidad de personas con esta habilidad puede llevar a que en el largo plazo no se repitan actos de violencia en el país.

Para concluir, la obra de Montenegro es una puesta que respalda la idea de que Colombia no ha podido salir del círculo vicioso de la violencia puesto que siempre que ocurren barbaries, estas se repiten a pesar de las promesas de los mandatarios. Además, toma como ejemplo el tratado de paz el cual, a pesar de ser reconocido internacionalmente, ha sido violado innumerables veces desde su firma. Gracias al formato en el que la artista presenta la obra y el espacio donde lo hace, el espectador siempre está atento a lo que ocurre y el mensaje es entendido con claridad. Según mi punto de vista, aunque Colombia viva en un círculo vicioso en el que la repetición de actos de violencia sea lo común, gracias al arte y a la memoria histórica, es posible que estos acontecimientos no caigan en el olvido y que los colombianos recordemos las cosas que han pasado y juntos hagamos todo lo posible para evitar la repetición y que, de una vez por todas, salgamos de ese círculo vicioso de la violencia.

Foto 1. Mi visita

Nicolás Aldana

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Bibliografía

Espacio Odeón. (2020). Espacio Odeón. Obtenido de Espacio Odeón: https://espacioodeon.com/quienes-somos/